Compré estas flores ayer,
sin reparo, intuitivamente me las llevé,
al llegar a casa, las puse en un florero,
en un simple y reciclado frasco,
el mejor que encontré.
Ayer eran Narcisos aún en botón,
esta mañana en que llovía ya eran flores en todo su esplendor,
con su color amarillo iluminaron mi corazón.
Las horas pasaron,
seguía lloviendo esta mañana de cielo gris,
el frasco de vidrio tornado florero, de forma sencilla decoré,
como haría mi madre, recordé.
Al ver de nuevo a los Narcisos en su florero, entonces pensé:
"En los primorosos y pequeños detalles,
el colorido de las flores,
el amarillo intenso,
los gestos menospreciados,
la encuentro a ella, su amor y su calidez."
Gabriela Larios
*Dedicado a mi madre quien hoy estuviera cumpliendo 65 años!
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